Me llamo Ken. Ahorqué a más de ocho personas. Entonces fui buscado por la policía durante doce horas, hasta que me encontraron, me llevaron preso y me condenaron a más de diez años.
Pasado ese tiempo fui a buscar trabajo. Hasta que encontré trabajo como contramaestre en un ballenero, pero mucho tiempo después me sacaron de ese cargo.
Luego empecé a tomar alcohol en un bar durante dos días, y conocí a un amigo llamado Keawe, que me había dicho que su esposa tenía una botella con el diablo adentro. También me dijo que le compre la botella, y que después él me la compraría. Entonces yo fui. Estaba pensando si no me estaban engañando.
Hasta que llegué a esa casa y compré la botella. Cuando regresé pedí el deseo de obtener más licor. Y se cumplió. Me puse a pensar que mejor me quedaba con la botella.
Regresé al bar y le dije a Keawe que no se la iba a vender. Pero él insistía. Igual, al final me quedé con la botella.
Al día siguiente me quedé con la botella en la mano, y empecé a pedir deseos hasta que me volví viejito. Y morí junto con la botella.
Les estoy escribiendo esta historia desde el infierno.
---Autor: Luis Alberto---
jueves, 15 de octubre de 2009
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